19.5.10

FA sostenido

Alto y desgarbado. Con el pelo rubio limón siempre recogido en una coleta baja y unos ojos azules como trocitos de cielo de verano. A las 8 salía de casa todas las mañanas rumbo a su lugar de trabajo. Facundo era saxofonista de metro, no de escenario (nunca se había subido a uno) y no le importaba lo más mínimo. Él era feliz en los pasillos de la línea D del subterráneo, sobre todo en primavera. Daba comienzo la temporada alta: el buen tiempo provocaba que los viajeros recibieran la música con mayor alegría.

Facundo era muy amable con todo el mundo, a pesar de que apenas intercambiaba más de dos palabras con alguien. Ni siquiera sé cómo la chica del pelo rojo descubrió su acento argentino. Era tímido o simplemente iba a lo suyo. Llegaba al que consideraba su sitio, desplegaba una pequeña silla, descubría su saxofón, le colocaba la boquilla, tendía su inseparable sombrero tipo borsalino en el suelo... y empezaba su jornada laboral.

"Star-crossed lovers" de Duke Ellington siempre abría su repertorio. Fue este tema precisamente el que inspiró a la chica del pelo rojo, que una mañana bautizó a Facundo como su "amante Fa Sostenido". Recuerdo muy bien aquel día. Yo iba a reunirme con alguien a quien no me apetecía ver porque sabía lo que iba a pasar: que todo se acabaría. Entonces los vi. Ella lo miraba fijamente con el pelo más rojo que nunca y el tocaba tan abstraído que parecía que tocar el saxofón era lo más fácil del mundo. Cuando dejó salir el último soplido sonrió y ella lo consideró su lover mientras le dejaba un billete de 5 euros en el interior del sombrero.

Desde entonces no volví a ver a Fa Sostenido, ni en la línea D ni en ninguna otra. Dicen que regresó a Buenos Aires. La chica del pelo rojo también desapareció.

-Texto: Duna Loves

4 comentarios:

  1. Se fugaron juntos, seguro.

    Un muack :)

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  2. Estoy con Niicky, y si se fueron...¿juntos? Para no volver nunca más ;)

    Besos!

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  3. Me ha recordado a otra historia: hace tiempo conocí en calle Larios a dos ambulantes. Uno malabarista y el otro... ¿mago, payaso? no sé. Me gustaban sus trucos; no eran los típicos infla-globos. Tenían arte.

    En fin. Pasaba por ahí a diario para ir a la biblioteca, y entre libros y exámenes me paraba a verlos un rato. Acabé hablando con ellos y fumando marihuana en su casa.

    El malabarista me contó que era inglés, pero que vino aquí por una turista. La conoció y se vino casi con lo puesto, sobreviviendo ahora haciendo malabares.

    El otro era italiano. Algo más mayor, treinta y tantos. Decía que en Italia tenía un buen trabajo, pero que a él lo que le gustaba era eso. Era bueno en ello, y con lo de la calle y algunas funciones en bares llegaba a sacar bastante.

    Con el tiempo ambos se fueron; el malabarista volvió a Inglaterra, con la novia, y el otro funámbulo a Madrid. Y con el tiempo volví a verlos a ambos: una vez que viajé a la capital me encontré con uno en El retiro, pasamos un buen rato. Quiso invitarme a que me quedase unos días más por allí arriba. Al otro hace apenas unas semanas que lo vi en el centro de Málaga, de fiesta. Había venido de vacaciones. Seguía con la novia. Y oye, qué jodidamente alegres eran ambos.

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  4. El nombre de Facundo no acaba de traerme buenos recuerdos.


    Pues el libro me gustó, un tanto extraño (o diferente, según se mire xD) pero para tener una lectura rápida está bien.
    Ni siquiera me había dado cuenta que aún tengo la portada de ese libro en "leyendo", se me había olvidado completamente irlos cambiando, porque me lo has dicho tú, que sino ni me entero.

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¿Añades un remiendo? :)