Verá, yo no creo en esas historias que cuenta la televisión, personas que se encuentran y se quieren sin ninguna dificultad, los dos están libres y disponibles, ninguno tiene dudas ni arrepentimientos anticipados. Yo no creo que eso se dé nunca, jamás, ni entre los más jóvenes. Cualquier relación entre las personas es siempre un cúmulo de problemas, de forcejeos, también de ofensas y humillaciones. Todo el mundo obliga a todo el mundo, no tanto a hacer lo que no quiere, sino más bien lo que no sabe si quiere, porque casi nadie sabe lo que no quiere, y menos aún lo que quiere, no hay forma de saber esto último.
Somos obligados a querer y luego nos convencen de que queremos. Y cuando ya estamos plenamente convencidos, nos obligan a olvidar y acabamos convencidos de que hemos olvidado. No es un proceso sencillo y esta explicación tampoco, pero espero que logres entenderme. Ahora serás tú quien lo pase mal y a mi me dará igual. Llámame insensible si quieres, pero es que esto sí que es simple:
Cuando te has visto obligado a olvidar después de querer, y se ha repetido una y dos veces, a la tercera ya no duele tanto. Créeme, aunque sea ahora, por última vez. ¿Cómo es el dicho? Cuando te quemas con la leche, si después ves una vaca, lloras. La próxima vez se te saltarán las lágrimas y al final te aguantarás. Pues eso, aguanto mientras la presa pueda contener el llanto.
Texto: Duna Loves
En cursiva: fragmento de Corazón tan blanco, de Javier Marías
Qué razón! A veces, cuando ya se ha repetido como tres veces o más.. piensas si es que te estás volviendo insensible, pero no. Es como un proceso de adaptación al dolor. Y ya ni duele.
ResponderEliminarawww :(
ResponderEliminarme ha tocado así pasarla
querer pq me quieren y cuando quiero debo olvidar :(
un besototote
un abrazo
Pues de cierto modo tampoco creo. Así que concuerco con él, y con tu texto también.
ResponderEliminarUna entrada bellisima Duna :) Ya comenzaba a preguntarme donde andabas, hasta sentía ganas de ir a buscarte asñi fuera al fin del mundo ¡Ju!
Ay...cuanta razón en pocas palabras. Es cierto, al principio algunos somos reacios al amor, o simplemente al querer. Luego se quiere y olvidamos pero con una carga, el sufrimiento. ¡Besos!
ResponderEliminarYo, en esas situaciones, una de dos, o mi presa se resquebraja, o directamente, no tengo presa. Muy bonita la entrada.
ResponderEliminarUn beso! :)
OH, cuanta razón tiene esta entrada. Me ha encantado :)
ResponderEliminarCrêpes
rellenos de
Nutella.
Y lo peor es que lo más difícil es convencerte de que tienes que olvidar y has olvidado.
ResponderEliminarCuanta razón tiene ésta entrada <3
aprendemos a esconder las ganas de llorar.
ResponderEliminarEso es algo que me sigue dando dolores de cabeza, llega ,enamora y desaparece..
no había oído nunca el dicho de la leche! y estoy muy de acuerdo con tus "citas", la tuya y la de Javier Marías! :)
ResponderEliminarTiene toda la razón...Que alegría poder volver a leerle :)
ResponderEliminarNo podrías explicarlo mejor :)
ResponderEliminarMucha razón
un beso
Obligados al olvidar.
ResponderEliminarQué poco dura el amor y cuánto el olvido..
Quizá no deberíamos mantener el llanto adentro. Quizá sí.
ResponderEliminarPero si algo hay que tener en cuenta es que, sin estar seguros, todos tenemos una idea intuitiva de lo que queremos. Si tienes sed, intuitivamente querrás agua, o al menos líquido. Y no es porque nos obliguen a quererlo.
Es pura intuición. Instinto de autoprotección.
Y eso mismo ocurre cuando olvidamos, pero no resulta más fácil. Simplemente, adquirimos experiencia, y el mecanismo de protección se vuelve cada vez más automático.
En cualquier caso, no mareo más la perdiz.
Gran texto :)
Un beso!
♥
EMME
el romanticismo murió en alguna parte hace ya mucho tiempo. Con razón que mienta a la hora de decir que a la tercera vez ya no duele.
ResponderEliminartienes un premio esperándote en mi blog :D
ResponderEliminary hasta el día de hoy sigo dudando en cuál de las dos obligaciones es más fácil.
ResponderEliminar:)
Toda la razón..
ResponderEliminarBuena reflexión. Me ha gustado la entrada y me apunto el libro. ;)
ResponderEliminarVaya !! me ha encantado el fragmento. Yo más de una vez he llegado a pensar eso de "me estoy volviendo una insensible" pero es una realidad eso de que las cosas cuando nos suceden más de una vez cada vez van doliendo menos.
ResponderEliminarA veces incluso siento algo de tristeza cuando me doy cuenta de que hay cosas que por el simple hecho de sucedernos varias veces, casi no llegamos a notar su efecto.
besosss
Tharsis
Es verdad, tanto lo que dice Javier Marías como lo que dices tu, la primera vez duele mucho olvidar, sobre todo si es por obligación.
ResponderEliminarMe gusta lo que escribes :)