Tristán, como todos los niños de su edad, tiene un escondite en un lugar de la casa: el hueco que hay entre el sillón orejero de su padre y la puerta de la terraza. Hasta allí se va con sus tebeos y sus coches a la hora de la siesta y se envuelve en la cortina por si a alguien le da por asomar la cabeza por donde no debe. Le encantan esas horas en las que el sol pega tanto que le calienta la espalda. Definitivamente este escondite es mejor que el anterior. Empezó a esconderse bajo la mesa de la cocina para poder comer algunas galletas de chocolate de más. La cosa se volvió más peligrosa cuando a su madre se le ocurrió cambiar el largo mantel de la mesa por uno "más mono", como decía ella, pero bastante más corto. Aún así, como nadie parecía percatarse de su presencia, siguió usando ese escondite un tiempo más. Hasta que descubrió que cuando su madre se enfadaba, se desahogaba en la cocina. Y adiós a la tranquilidad del lugar. Aunque tampoco ayudaba que a Quim, el golden retriever de su hermano, le encantaran las galletas. Eso era lo bueno de su nuevo escondite: que el perro era demasiado grande para entrar en él. Y si él no cabe, un adulto, mucho menos. Los escondites deben ser sólo cosas de niños. ¿Cuál es el tuyo?
Texto: Duna Loves
Yo tenía uno en el hueco entre la cama y la primera estantería que colgaba de la pared. Iba ahí a esconder mis secretos... cuando cabía dentro, claro.
ResponderEliminarUn besazo, Duna :)
se echan de menos esos tiempos en los que se podia construir un buen escondite para que nadie te molestara, detras de los sillones y debajo de la mesa eran los mejores si si, sin duda, una lastima ya no poder esconderse a veces.
ResponderEliminarun beso dunita! :)
¡Qué rico es Tristán! A Nico le encantan los escondites, tiene uno fenomenal bajo la cama :)
ResponderEliminarQue super monoso que es Tristán ¿no? *-*
ResponderEliminarYo me iba a la terraza del comedor y me pasaba la siesta haciendo pompas de jabón. Un placer leerte, como siempre. Beijinhos.
ResponderEliminarDebajo de mi cama...sacaba lo monstruos y me metía yo...
ResponderEliminarBesicos
se extrañan cosas asi.
ResponderEliminarque buen blog.. me encanta. un beso capa. te pegas una vuelta ?
tristan es un chico al cual me gustaría querer hasta que se sienta desbordado de amor
ResponderEliminarPD: en mi caso, la habitación de mi bisabuelo, y en cierta manera, continúa siendo mi escondite al haberse convertido en mi cuarto
Ahora mismo tan sólo tengo un escondite y tiene nombre propio, se llama Gabriela y tiene 4 años. No sabes lo bonito que es. Como me encanta esos ratos que soy niño ;))
ResponderEliminarBesos pequeñitos
El mío creo que era detrás de la cama, envuelta en las cortinas... mi madre se llevaba unos sustos (no se si fingidos, pero prefiero recordar que sustos de verdad) <3
ResponderEliminar(gracias por textos como estos que me devuelven recuerdos tan bonitos)
Já, yo solía tener un huequito entre el escritorio y la pared, ahí hablaba por teléfono o lloraba, ahora directamente es en cualquier lugar de mi habitación (Va igual es o en la cama o en la silla de la computadora) (Y no es porque ya no entre, sino que me aburrió) Linda historia che, si, a veces uno necesita ese lugar donde refugiarse, donde encontrarse con uno mismo, y nadie más, o no?
ResponderEliminarPero si tu me haces amar a tristan, quien no lo haria, quisiera que fuese mi pequeño hermanito, nunca lo soltaria. Creo que el rincon que una vez tube no fue en mi casa, fue secreto por eso no lo revelo haha
ResponderEliminarMuchos besos, preciosidad de texto como todos los que haces.
siempre me ha gustado desaparecer bajo la cama =)
ResponderEliminarCuando era chica, y me peleaba con alguien, actuaba que me iba de mi casa, y en realidad me iba al jardín de una casa abandonada que queda a unos metros de mi casa. Pero un día, mi mamá me encontró.. ya cuando lo quise hacer otra vez, sabían donde encontrarme. Ya no tengo un lugar para esconderme, simplemente me voy a caminar, si es que necesito desahogarme.. cerca de mi casa hay un bosque, más bien un Pinar. Cuando era chica, leí 'Mi planta de Naranja Lima', en un capítulo del el libro decía que caminar descalza por la tierra daba energía. Un día fui a comprobar si era cierto, me descalce y camine como por 20 minutos. El aire de ese lugar es puro, caminar sobre la tierra es un lindo placer, por que es realmente cómodo, y sí, me llenó de energía, siempre que puedo vuelvo... Un beso
ResponderEliminarpues lo de siempre bajo la cama :D
ResponderEliminarbesos!
Yo me construía casitas, no escondites, en distintas localidades de la casa. En invierno solía estar en un hueco entre el sofá y la pared, hueco que existía para dar cobijo a una lámpara de pie... y a mí. En verano, debajo de la mesa de la terraza. A veces, ninguna de las dos ubicaciones me gustaba mucho y entonces me metía debajo de la cama... Qué tiempos aquellos...
ResponderEliminarMe ha encantado. Todos somos un poco Tristán ^^ Yo aún tengo mi escondite ;)
ResponderEliminarUn beso!
Pues yo me fabricaba mi escondite construyendo una cabaña con los cojines del sofá y la mesa de café del comedor.
ResponderEliminarNo se puede decir que estuviera escondido de la vista (porque verse se veía xD), pero era donde más a gusto me sentía.
Ay... ¡que recuerdos!
Pero si lo digo ya no es mi escondite... pero bueno, el mío era en el cuarto, entre un armario grande antiguo y la ventana. Ahora mi escondite son las sábanas, raras veces quiero salir de ahí por las mañanas.
ResponderEliminarQue majo el niño! Y que bonito el texto ^^ Yo la verdad, no tengo un escondite en mi casa, pero cuando quiero hacer algo "prohibido" como comer patatas o algo así, no hago ruido mientras y así no se enteran. O si no me voy a patinar mientras escucho mi música favorita, eso me relaja que no veas :)
ResponderEliminarGracias por pasarte por mi blog. Te sigo, tu blog mola! ^^
Un besito!
¿Mi escondite? Supongo que entre la tinta y el papel. Inmóvil, para que nadie se percate de que estoy ahí. ¿Lo has probado? No crezcas nunca.
ResponderEliminarP.D: te sigo ;)
El mío es secreto, como el de Tristán (dile de mi parte que no ha podido encontrar un escondite mejor^^)
ResponderEliminarUna bolsita llena de sugus de piña.
Yo me metía detrás de una estantería!^^
ResponderEliminarMi blog, en el me refugio
ResponderEliminarUn beso
A mi me encataba tener un escodinte, dentro de mi ropero para asi leer cartas secretas :)...
ResponderEliminarQue mono tristán :)
ResponderEliminarEl mío era siempre diferente, me lo hacía con un escritorio al que envolvía de cojines y mantas por fuera, me parecía un mundo, ahora se me quedó pequeño D:
Muy buena tu entrada, besos!<3
Este texto me trajo recuerdos de mi infancia, las veces que me habré escondido para escribir, para pintar, para dibujar... puff...
ResponderEliminarHermoso.
Esperemos que siga así de pequeño, ya que dentro de unos años quizá él tampoco quepa!
ResponderEliminarAis me encanta Tristán jajaj
ResponderEliminarTristán se parece tanto a alguien que yo conosco muy de cerca :)
ResponderEliminartengo el escondite de mis viajes, alli soy libre...
ResponderEliminarescribes como nadie, me gustaria un dia escribir como tu.
Todos los lugares son escondite sin necesidad de cerrar los ojos.
ResponderEliminarRecuerdo cuando te empecé a seguir.. fuiste uno de mis primeros blogs y me encantaba leerte, ya tengo menos tiempo pero sigues siendo estupenda, una bobada que lo diga ya lo sabes, pero bueno, espero que sigas asi durante mucho, un saludo!
ResponderEliminarQue lindo texto! Mi escondite es mi habitación. Ahí me refugio con mi guitarra, mis cuadernos y mis libros, y solo asi puedo salir adelante.
ResponderEliminarGracias por tu comentario en mi blog, la verdad que yo tampoco creo que hay que arrepentirse de cosas que en su momento hiciste y más si fueron por alguien que te importó. Pero bueno, problema de él. Un beso, te sigo :D Me sigues?
¡Yo también me escondía detrás de un sillón! Jo, que gracia me ha hecho el texto. Me he sentido super identificada jajaja :D
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